3 de diciembre de 2007

OTPOR!! No a Chávez!!

por Horacio Barrancos Bellot

NO a Chávez!! Esa fue la respuesta que el pueblo venezolano dio este domingo en su referéndum constitucional. Hasta el viernes pasado, la problemática estuvo correctamente contextualizada, como una consulta sobre nuevas reformas políticas constitucionales de ese país. Sin embargo, fue el mismo Chávez quien personalizó la consulta popular al decir que un NO en el referéndum era un no a Chávez y un SÍ era un sí a Bush.

Bueno pues, ya sabemos lo que piensa la mayoría venezolana; pero lo más importante es que Chávez se entere lo que piensa su país. Chávez no contó con que hubiera una resistencia democrática tan fuerte. Esa resistencia llevó a la mayoría de los venezolanos a rechazar un proyecto político personalista y hegemónico; en su lugar eligieron preservar el sentido nacional y colectivo del país. Luego del referéndum, es innegable la popularidad de Chávez, es innegable que su proyecto político ha calado hondo y bien en importantes segmentos de la población, pero es aún más innegable la convicción venezolana de que el país y los intereses colectivos deben estar por encima de los caudillismos perpetuos y de la concentración del poder.

No obstante las desafiantes declaraciones del Presidente Chávez, quien con sorna reconoció su derrota citando sus propias palabras cuando otrora fracasó su intentona golpista, cave recordar que esta derrota no fue un hecho aislado; por el contrario, fue la evidencia de que emerge una oposición ciudadana como alternativa a la debilitada y fragmentada oposición política. Como muchas veces en diferentes oportunidades y lugares del mundo, fue la juventud universitaria la que ha encendido –esta vez en Venezuela- una mecha revolucionaria. La lucha universitaria siempre ha representado la lucha contra la tiranía, contra la opresión, contra la dictadura y contra el establishment. En la historia reciente de América Latina tenemos una larga data de líderes universitarios que han sido protagonistas -en las décadas de los 70 y 80- de las luchas por recuperar la democracia. El caso reciente de Venezuela, y que hoy nos ocupa, es muy interesante porque no se trata de una lucha por recuperar la democracia, sino de la calidad de esa democracia. La lucha ha sido protagonizada por un grupo de universitarios quienes han liderado -fuera de la Universidad- la formación de una conciencia popular para darle una respuesta pacifista y democrática al momento político que vive ese país. Ha sido ese grupo de universitarios quienes han demostrado, ser capaces de ocupar el espacio vacío que dejó la casi exigua oposición venezolana, llevando un mensaje claro y directo a su gobierno: ¡resistencia!

Sin pretender forzar paralelismos difíciles de sustentar, este fenómeno sí que tiene un antecedente muy importante, se llama OTPOR. OTPOR, "resistencia" en Serbio, fue un movimiento estudiantil en la ex Yugoslavia que a principios de este siglo cambió la historia en su país y logró derrocar al gobierno de Slobodan Milosevic. Cuando la oposición tradicional, entre una docena de partidos, había perdido espacios y credibilidad, en los círculos estudiantiles se fundó en 1998 el movimiento activista OTPOR. Su símbolo, el puño cerrado en negro; sus ideales, traducciones serbias de los textos de Gene Sharp sobre la no violencia como la base teórica para sus campañas.

OTPOR se convirtió en uno de los símbolos de la lucha contra Milósevic y su expulsión del poder. Dirigiendo sus actividades hacia los jóvenes indecisos y otros votantes desilusionados, OTPOR consiguió cambiar el voto del electorado tradicional y contribuyó al cambio político en las elecciones presidenciales del 24 de Septiembre de 2000.

OTPOR fue un movimiento pacifista estudiantil que logró desestabilizar el gobierno de Milosevic al crear la conciencia colectiva de “resistencia” a la innumerable cantidad de atropellos y errores que cometió ese gobierno. Milosevic había sumido al país en una profunda depresión económica y llevó a una cruenta y suicida guerra en la que intervinieron los ejércitos de la OTAN. La maquinaria propagandística del gobierno pretendió descalificar al movimiento OTPOR al sindicarlos de instrumentos financiados por occidente, lo que dio por resultado una mayor notoriedad y el reconocimiento nacional e internacional de OTPOR como los interlocutores válidos desde la oposición.

Sindicados también de peligrosos y terroristas por Milosevic, OTPOR respondió con acciones satíricas como el describir a un joven de la resistencia de la siguiente forma: "… estamos reportando desde el frente de la policía de la ciudad de Nis. Tenemos aquí a un ejemplo de terrorista en la frontera de Serbia y Montenegro" - y presenta a un joven estudiante. "El terrorista mide aproximadamente 1.80 metros, lleva puesta una camisa de manga corta de la organización terrorista OTPOR. Lleva lentes, lo que significa que lee mucho. Es peligroso leer mucho en este país, así que ojo…". Todas las represiones y encarcelamientos durante el verano de 2000 únicamente cimentaron la decisión de votar contra el régimen en las mentes de muchos de los votantes.

Diez meses antes de lo previsto, el 27 de julio, Milosevic llamó a elecciones en un intento de legitimarse frente al país. La campaña de resistencia se hizo unida, pero dispersa a la vez entre OTPOR, el G-17, la DOS, Kostunica y otras organizaciones no gubernamentales, sin la presencia de un líder único a quien atacar.

Las elecciones se celebraron el 24 de septiembre con 10 mil mesas electorales y 30 mil personas en trabajo de monitoreo. La oposición sabía de antemano que Milosevic no aceptaría los resultados, pero sabían también el paso que tenían que dar. Anunciar la victoria y comenzar la fiesta, aunque con la interrogante de cuándo y si el vencedor podría asumir su cargo.

La Comisión Electoral de Milosevic, inventó post factum un procedimiento inexistente en la legislación: llamó a una segunda vuelta porque ningún candidato obtuvo más del 50 % de los votos; pero DOS y Kostunica convocaron una huelga general a través de la lucha cívica no violenta que practicaba OTPOR. La policía trató de mantener el orden pero cada día la huelga se extendió más. Milosevic, habiendo perdido las elecciones, debía renunciar o utilizar la violencia. Pero los jóvenes de la resistencia universitaria evitaron todo uso de violencia con argumentos como "No hay guerra entre la policía y nosotros, nosotros juntos somos las víctimas del sistema, no hay razón de tener guerra entre víctimas y víctimas. Unas víctimas están en uniforme azul y otros en jean azul".

El 5 de octubre, 10 días después de las elecciones Belgrado salió a las calles gritando ¡Serbia se ha levantado! y añadían "Gotov je!" (“está acabado”, en serbio), mientras las tropas se abrían paso saludando al pueblo.

Aquello fue una gran lección de una coalición amplia con base popular no violenta, que puso fin sin hechos de sangre al régimen de Milosevic. El gobernante derrotado, fue extraditado a La Haya el 29 de junio del 2001 para ser juzgado por crímenes de lesa humanidad. Nunca fue condenado porque murió antes que terminara el juicio.

Aquella lección de activismo ciudadano prodemocrático que la juventud estudiantil de Serbia ha legado al mundo, ha servido de modelo para movimientos similares incluyendo:

- Kmara en la República de Georgia, parcialmente responsable de la caída de Eduard Shevardnadze;
- Pora en Ucrania, parte de la Revolución Naranja;
- Zubr en Bielorrusia, oponiéndose al presidente Alexander Lukashenko;
- MJAFT! en Albania;
- Oborona en Rusia, oponiéndose al presidente Vladimir Putin;
- KelKel en Kirguizistán, activa en la revolución que echó al presidente Askar Akayev;
- Bolga en Uzbekistán, oponiéndose a Islam Karimov;
- Pulse of Freedom en el Líbano;
- Súmate, ausente actualmente y Resistencia Estudiantil Venezolana en Venezuela, oponiéndose a Hugo Chávez
- Gong en Croacia.

Lo que ha ocurrido en Venezuela este pasado domingo es mucho más que un paralelismo, es una estrategia de resistencia bien aprendida y bien aplicada.

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