12 de diciembre de 2007

Paz, amor y compras. La nueva clase media en Brasil.

por Charo García de los Ríos
Ahora que entramos de lleno en la campaña de Navidad, la maquinaria del consumo se encuentra a pleno rendimiento para recibir a los consumidores, la nueva clase media emergente en Brasil. Tipos de interés más bajos y mayores plazos de crédito son los principales reclamos, que se mezclan con los anuncios de panettones y juguetes. Aunque este nuevo grupo social se comporta en sus hábitos de consumo como la típica clase media, surgen dudas razonables para caracterizarlos bajo esta etiqueta, pues su nivel educativo no se ajusta a los niveles esperados para una clase media.

Mientras que definir pobreza o riqueza es relativamente sencillo, la expresión clase media es un término subjetivo para el que los sociólogos no consiguen unificar criterios[1]. De forma general y común, este término se aplica a aquella clase socioeconómica que ocupa un lugar intermedio entre las condiciones más extremas de privación y las de opulencia. De acuerdo a Criterio Brasil[2], la metodología adoptada por la Asociación Nacional de Empresas de Investigación para estratificar la población del país, ésta se divide en las clases A, B, C, D y E. Esta segmentación se realiza de acuerdo a un sistema de puntuación que caracteriza la propiedad o acceso al uso de determinados bienes y servicios (desde TV a cuarto de baño propio, o servicio doméstico), a la vez que el nivel de formación del cabeza de familia, sin distinción por género o edad. De acuerdo a esta metodología la clase media, esto es la clase socioeconómica que ocupa el lugar intermedio, sería el conjunto de las clases B, C y D. Siendo B la clase media alta, C la clase media y la D, la clase media baja. El grupo mayoritario en Brasil (36%) es la clase C mientras que el 65% del total de la población se sitúa en entre las clases C y D. La clase D representada en la base de la pirámide, es la que por primera vez está acumulando bienes de consumo duraderos, como televisores, radios, automóviles, DVDs y refrigeradores, antes reservados para las clases más privilegiadas. Es lo que los medios de comunicación están identificando como la nueva clase media.

De acuerdo a la nota divulgada el pasado 27 de noviembre por el Banco Central[3], la mayoría de las tasas de intereses de crédito personal están en el menor nivel de la serie histórica iniciada en 1994. Crecimiento rápido, bajos niveles de inflación, desarrollo de las operaciones de crédito y liberalización en el comercio están fomentado el desarrollo del consumo en las clases tradicionalmente menos favorecidas. Fenómeno que ocurre también en otros países de América Latina que comparten con Brasil estabilidad económica y reciente impulso al desarrollo.

Regiones históricamente identificadas como áreas de pobreza en los suburbios de grandes ciudades como São Paulo están abandonando la pobreza gracias a una incipiente prosperidad. Y tal y como ocurría con la clase media europea, y sobretodo norteamericana, en la década de los 50 y 60, la emergente clase media dirige sus nuevas ganancias al consumo. Algo que, hasta hace pocos años, sólo una pequeña parte de la sociedad podía alcanzar. La mayor parte de sus ingresos proviene de pequeños negocios y de un incremento del nivel de empleo formal en la industria[4] y en servicio doméstico[5]. Adicionalmente, también estas familias cuentan con un aporte periódico del Estado en forma de subsidios familiares sujetos a la permanencia de los niños en la escuela y al mantenimiento de revisiones periódicas de salud. Como resultado los ingresos totales de las familias más pobres están creciendo más rápido que la media.

La parte de los gastos por suministros también beneficia el aumento del poder adquisitivo. Como resultado de ser una clase social originada en lo que se puede identificar como marginalidad, la mayoría de las viviendas son asentamientos irregulares, generados en los llamados "loteamientos clandestinos" que no son otra cosa que emprendimientos realizados al margen de la legislación. Así se abren calles, se demarcan parcelas sin ningún control por parte del poder público. Las viviendas ahí construidas, sin la planificación necesaria y carentes de todo tipo de infraestructuras, son vendidas a terceras personas que conforman esta clase D. Como son viviendas que no están registradas, no contribuyen al erario público. Adicionalmente, y por la causa misma de su precariedad, tienen conexiones clandestinas a los suministros de energía eléctrica y agua. Sin entrar en las consecuencias obvias de este tipo de viviendas para la comunidad y para sus moradores, está situación favorece un incremento de ingresos de las familias por el ahorro en suministros y tasas municipales. [6]

Sin embargo, la otra variable indicativa de la clase media, el nivel educativo del cabeza de familia, no está creciendo a niveles similares al consumo. Estos nuevos barrios construidos al margen del poder público no poseen facilidades para el acceso de autobuses, ambulancias, patrullas o camiones de basura. De igual modo, carecen de espacios públicos para poder desarrollar centros de salud, educación, ocio o seguridad. Esta precariedad unida al bajo nivel de inversión en educación amenaza los logros de estas comunidades y su desarrollo futuro. El crecimiento futuro de Brasil, como de cualquier país, depende de su capacidad para invertir en capital humano y explorar el espíritu emprendedor que de sus ciudadanos. Es gracias a la educación que un país crece. La formación fomenta no sólo el aumento de la renta sino también de la calidad de vida de sus habitantes. El estudio realizado en 2007 por la OCDE concluye que Brasil invierte poco y mal en educación. [7] De 36 países analizados, Brasil quedó el último de la lista. En variables como el gasto anual por estudiante, Brasil invierte una décima parte que los Estados Unidos y menos del 50% que Chile. Solamente en niveles de educación superior Brasil consigue alcanzar puesto similar a países como España o Irlanda. Sin embargo las universidades brasileñas continúan siendo de difícil acceso para las clases menos favorecidas, donde los estudiantes de escuela pública son una minoría. Las razones que se apuntan son tanto la falta de nivel y exigencia en las escuelas públicas en áreas tales como la enseñanza de lenguas extranjeras (el inglés es prueba obligatoria en varias universidades públicas), como también la auto exclusión por parte de los propios alumnos que no se sienten capaces de superar las pruebas de ingreso o de afrontar el coste económico de las mismas.[8]

Si, por un lado, el crédito sin restricciones está empujando las familias al endeudamiento, y por otro lado, en la medida en que sus condiciones materiales mejoran, los parámetros generales de la calidad de vida no lo hacen, el futuro de esta clase media está seriamente comprometido. Se hace por tanto más que necesario reforzar la inversión en educación, tanto en la construcción y mejora de infraestructuras como en la calidad de la misma.


[1] En su mayor parte las definiciones sociológicas para "clase media" se apoyan o bien en el marco teórico de Max Weber, focalizado en la interacción de las variables de riqueza, poder y prestigio, o bien en las ideas Karl Marx, que integra las tres variables en un modelo funcional de la estructura social.
[2] ABEP - Associação Brasileira de Empresas de Pesquisa – 2003 Datos con base en el documento Levantamento Sócio Econômico – 2000 - IBOPE
[3] BANCO CENTRAL DO BRASIL, "Política Monetária e Operações de Crédito do Sistema Financeiro", nota para a impresa, 27 nov. 2007
[4] INSTITUTO BRASILEIRO DE GEOGRAFIA E ESTATISTICA, Pesquisa Industrial Mensal de Empregos e Salários, set. 2007
[5] SEADE, Fundação Sistema Estadual de Analise de Dados, Secretaria de economia e planejamento do Estado de São Paulo
[6] PINTO, Victor Carvalho. Ocupação irregular do solo urbano: o papel da legislação federal. Jus Navigandi, Teresina, ano 10, n. 1149, 24 ago. 2006.
[7] OCDE (Organização para a Cooperação e o Desenvolvimento Econômico), “Olhares sobre a Educação 2007”, octubre 2007.
[8] Pesquisa feita pela pró-reitoria de graduação da USP (Universidade de São Paulo), 2004.

3 de diciembre de 2007

OTPOR!! No a Chávez!!

por Horacio Barrancos Bellot

NO a Chávez!! Esa fue la respuesta que el pueblo venezolano dio este domingo en su referéndum constitucional. Hasta el viernes pasado, la problemática estuvo correctamente contextualizada, como una consulta sobre nuevas reformas políticas constitucionales de ese país. Sin embargo, fue el mismo Chávez quien personalizó la consulta popular al decir que un NO en el referéndum era un no a Chávez y un SÍ era un sí a Bush.

Bueno pues, ya sabemos lo que piensa la mayoría venezolana; pero lo más importante es que Chávez se entere lo que piensa su país. Chávez no contó con que hubiera una resistencia democrática tan fuerte. Esa resistencia llevó a la mayoría de los venezolanos a rechazar un proyecto político personalista y hegemónico; en su lugar eligieron preservar el sentido nacional y colectivo del país. Luego del referéndum, es innegable la popularidad de Chávez, es innegable que su proyecto político ha calado hondo y bien en importantes segmentos de la población, pero es aún más innegable la convicción venezolana de que el país y los intereses colectivos deben estar por encima de los caudillismos perpetuos y de la concentración del poder.

No obstante las desafiantes declaraciones del Presidente Chávez, quien con sorna reconoció su derrota citando sus propias palabras cuando otrora fracasó su intentona golpista, cave recordar que esta derrota no fue un hecho aislado; por el contrario, fue la evidencia de que emerge una oposición ciudadana como alternativa a la debilitada y fragmentada oposición política. Como muchas veces en diferentes oportunidades y lugares del mundo, fue la juventud universitaria la que ha encendido –esta vez en Venezuela- una mecha revolucionaria. La lucha universitaria siempre ha representado la lucha contra la tiranía, contra la opresión, contra la dictadura y contra el establishment. En la historia reciente de América Latina tenemos una larga data de líderes universitarios que han sido protagonistas -en las décadas de los 70 y 80- de las luchas por recuperar la democracia. El caso reciente de Venezuela, y que hoy nos ocupa, es muy interesante porque no se trata de una lucha por recuperar la democracia, sino de la calidad de esa democracia. La lucha ha sido protagonizada por un grupo de universitarios quienes han liderado -fuera de la Universidad- la formación de una conciencia popular para darle una respuesta pacifista y democrática al momento político que vive ese país. Ha sido ese grupo de universitarios quienes han demostrado, ser capaces de ocupar el espacio vacío que dejó la casi exigua oposición venezolana, llevando un mensaje claro y directo a su gobierno: ¡resistencia!

Sin pretender forzar paralelismos difíciles de sustentar, este fenómeno sí que tiene un antecedente muy importante, se llama OTPOR. OTPOR, "resistencia" en Serbio, fue un movimiento estudiantil en la ex Yugoslavia que a principios de este siglo cambió la historia en su país y logró derrocar al gobierno de Slobodan Milosevic. Cuando la oposición tradicional, entre una docena de partidos, había perdido espacios y credibilidad, en los círculos estudiantiles se fundó en 1998 el movimiento activista OTPOR. Su símbolo, el puño cerrado en negro; sus ideales, traducciones serbias de los textos de Gene Sharp sobre la no violencia como la base teórica para sus campañas.

OTPOR se convirtió en uno de los símbolos de la lucha contra Milósevic y su expulsión del poder. Dirigiendo sus actividades hacia los jóvenes indecisos y otros votantes desilusionados, OTPOR consiguió cambiar el voto del electorado tradicional y contribuyó al cambio político en las elecciones presidenciales del 24 de Septiembre de 2000.

OTPOR fue un movimiento pacifista estudiantil que logró desestabilizar el gobierno de Milosevic al crear la conciencia colectiva de “resistencia” a la innumerable cantidad de atropellos y errores que cometió ese gobierno. Milosevic había sumido al país en una profunda depresión económica y llevó a una cruenta y suicida guerra en la que intervinieron los ejércitos de la OTAN. La maquinaria propagandística del gobierno pretendió descalificar al movimiento OTPOR al sindicarlos de instrumentos financiados por occidente, lo que dio por resultado una mayor notoriedad y el reconocimiento nacional e internacional de OTPOR como los interlocutores válidos desde la oposición.

Sindicados también de peligrosos y terroristas por Milosevic, OTPOR respondió con acciones satíricas como el describir a un joven de la resistencia de la siguiente forma: "… estamos reportando desde el frente de la policía de la ciudad de Nis. Tenemos aquí a un ejemplo de terrorista en la frontera de Serbia y Montenegro" - y presenta a un joven estudiante. "El terrorista mide aproximadamente 1.80 metros, lleva puesta una camisa de manga corta de la organización terrorista OTPOR. Lleva lentes, lo que significa que lee mucho. Es peligroso leer mucho en este país, así que ojo…". Todas las represiones y encarcelamientos durante el verano de 2000 únicamente cimentaron la decisión de votar contra el régimen en las mentes de muchos de los votantes.

Diez meses antes de lo previsto, el 27 de julio, Milosevic llamó a elecciones en un intento de legitimarse frente al país. La campaña de resistencia se hizo unida, pero dispersa a la vez entre OTPOR, el G-17, la DOS, Kostunica y otras organizaciones no gubernamentales, sin la presencia de un líder único a quien atacar.

Las elecciones se celebraron el 24 de septiembre con 10 mil mesas electorales y 30 mil personas en trabajo de monitoreo. La oposición sabía de antemano que Milosevic no aceptaría los resultados, pero sabían también el paso que tenían que dar. Anunciar la victoria y comenzar la fiesta, aunque con la interrogante de cuándo y si el vencedor podría asumir su cargo.

La Comisión Electoral de Milosevic, inventó post factum un procedimiento inexistente en la legislación: llamó a una segunda vuelta porque ningún candidato obtuvo más del 50 % de los votos; pero DOS y Kostunica convocaron una huelga general a través de la lucha cívica no violenta que practicaba OTPOR. La policía trató de mantener el orden pero cada día la huelga se extendió más. Milosevic, habiendo perdido las elecciones, debía renunciar o utilizar la violencia. Pero los jóvenes de la resistencia universitaria evitaron todo uso de violencia con argumentos como "No hay guerra entre la policía y nosotros, nosotros juntos somos las víctimas del sistema, no hay razón de tener guerra entre víctimas y víctimas. Unas víctimas están en uniforme azul y otros en jean azul".

El 5 de octubre, 10 días después de las elecciones Belgrado salió a las calles gritando ¡Serbia se ha levantado! y añadían "Gotov je!" (“está acabado”, en serbio), mientras las tropas se abrían paso saludando al pueblo.

Aquello fue una gran lección de una coalición amplia con base popular no violenta, que puso fin sin hechos de sangre al régimen de Milosevic. El gobernante derrotado, fue extraditado a La Haya el 29 de junio del 2001 para ser juzgado por crímenes de lesa humanidad. Nunca fue condenado porque murió antes que terminara el juicio.

Aquella lección de activismo ciudadano prodemocrático que la juventud estudiantil de Serbia ha legado al mundo, ha servido de modelo para movimientos similares incluyendo:

- Kmara en la República de Georgia, parcialmente responsable de la caída de Eduard Shevardnadze;
- Pora en Ucrania, parte de la Revolución Naranja;
- Zubr en Bielorrusia, oponiéndose al presidente Alexander Lukashenko;
- MJAFT! en Albania;
- Oborona en Rusia, oponiéndose al presidente Vladimir Putin;
- KelKel en Kirguizistán, activa en la revolución que echó al presidente Askar Akayev;
- Bolga en Uzbekistán, oponiéndose a Islam Karimov;
- Pulse of Freedom en el Líbano;
- Súmate, ausente actualmente y Resistencia Estudiantil Venezolana en Venezuela, oponiéndose a Hugo Chávez
- Gong en Croacia.

Lo que ha ocurrido en Venezuela este pasado domingo es mucho más que un paralelismo, es una estrategia de resistencia bien aprendida y bien aplicada.